APRENDIENDO A COMER

Hay que comer de todo, alimentos que se adaptan a tu estilo de vida y al gasto de energía que realizas: cuanto más deporte hagas más alimento demandará tu organismo, la actividad física diaria es tu mejor aliada.

Come con calma: ¿sabías que el organismo necesita entre 15 y 30 minutos para asimilar la sensación de saciedad? Por eso cuando nos dejamos llevar por el hambre siempre nos pasamos comiendo… Si te cuesta controlarte haz algo mientras comes, como ver la tele, hablar, etc.

Respeta las comidas y horarios, comer de 5 a 6 veces en pequeñas cantidades es bueno, favorece la asimilación de los alimentos y una buena digestión.

Si es de casa, mejor: ya sabes que tanto la comida preparada como los batidos o zumos que compras tienen más conservantes y calorías que aquellos que puedas prepararte tú en casa con alimentos recién traídos del mercado. Intenta comer más en casa o prepararlos allí y llevártelos, en lugar de comprar algo a última hora cuando te dé hambre.

Cocina sano: hervido, asado, plancha y parrilla o al vapor. Y ojo con la sal, es mejor que uses hierbas y especias. Ah, y si abres latas de atún, salmón o sardinas, escurre el aceite.

“Te quiero, tostada”: no tienes por qué eliminar el pan de tu desayuno (ni de tu vida) si te encantan las tostadas, sólo controla la cantidad de pan y con qué las tomas. El chocolate y la mantequilla o el queso crema son muy calóricos, elige en su lugar:

Tomate natural y aceite
Queso fresco y pavo
Mermelada sin azúcar
No renuncies al café, puedes tomarlo solo o cortado, o con leche desnatada. Y si hay un momento del día en el que puedes tomarte un capuchino con leche desnatada, ¡es en el desayuno!

Ojo con los cereales, sobre todo si son azucarados. Evita estos y apuesta por los copos de avena con fruta para desayunar o merendar. Mide bien la cantidad porque sacian mucho, para desayunar puedes tomar un bol de tamaño medio, pero para merendar basta con un cuenco pequeño.

Sí a los yogures, y a los batidos y zumos naturales, a media mañana o a media tarde para saciar el hambre. Pero atención a lo de naturales… si te los haces en casa o los pides en un local y son con frutas naturales, genial, ¡pero que no sean prefabricados ni les añadan azúcar!

No a las galletas y a la bollería industrial, por sistema. Lo que no quiere decir que de vez en cuando no puedas desayunar o merendarte una palmera de chocolate, por ejemplo.

Carnes y verduras: toma las carnes a la plancha o al horno con verduras o ensaladas, te sentarán mejor y estarás más ligera. Elige los cortes más limpios de la ternera y el cerdo, por ejemplo los solomillos y el lomo; del pollo y el pavo las pechugas o el solomillo, y si quieres hacer un pollo al horno, cocínalo sin piel.

Respecto a los pescados, cualquiera que elijas tendrá buenos efectos en tu salud, eso sí: nada, nada, nada de salsas. Ni mayonesas, ni ali-olis, ni nada. Tampoco en las ensaladas, usa siempre un aliño de vinagre y aceite combinado con tomate natural, algún fruto seco y frutos rojos, por ejemplo.

Menos pasta y más arroz, como guarnición o plato principal. Si lo cocinas sin grasa es muy saludable porque además sacia bastante.

Toma frutas, en las ensaladas y entre horas, pero a la hora de tomarte un zumo ten en cuenta que los zumos de verduras solo contienen la mitad de calorías que los de frutas porque no tienen tanta azúcar, ¿qué tal si mezclas frutas y verduras?

Nada de fast food, si quieres tomar pizza o hamburguesa (o un burrito, fajita, etc.) mejor háztelas tú en casa en versión light.
La clave está en cuidarnos, en comer cosas sanas y en elegir siempre la opción más natural y menos calórica.

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