Cómo realizar tu propia rutina de limpieza de cara

Hacer una limpieza de cara a diario es todo lo que necesitas para mantener un rostro sano, brillante y prevenir los signos del envejecimiento.

A menudo, tendemos a pensar que llevar una rutina de limpieza de cara realmente efectiva es caro, difícil y molesto. ¡Pero nada más lejos de la realidad! De hecho, a día de hoy existen productos de calidad a precios económicos y que te encantará utilizar de forma habitual, mientras vas desarrollando tus propios hábitos de cuidado facial.

En el artículo de hoy descubrirás cómo hacer una limpieza de cara diaria de forma sencilla, además de algunos productos útiles para tener un rostro saludable, hidratado y sin arrugas. ¡Vamos allá!

Cómo hacer una limpieza de cara

Lávate las manos

El primer paso para una adecuada limpieza de cara es lavarse las manos. Un paso obvio si tenemos en cuenta la cantidad de suciedad y bacterias presentes en las superficies y objetos que manipulamos cada día.

Lavar tus manos es imprescindible para no transferir microbios y gérmenes a nuestro rostro, y utilizar correctamente los tratamientos de cuidado facial que aplicaremos a continuación.

En cuanto a los productos a utilizar, no existen grandes recomendaciones. Cualquier jabón líquido o en barra que puedas encontrar en tu supermercado de confianza será más que suficiente para mantener tus manos siempre limpias.

También puedes utilizar jabones antibacterianos, pero no todos los días, ya que estos productos pueden eliminar las bacterias beneficiosas para la piel a largo plazo.

Una vez tengas las manos limpias, sécate bien y continúa con el siguiente paso.

Usa un limpiador suave

Otro punto esencial en cualquier rutina de limpieza de cara es el uso de limpiadores suaves: productos especialmente pensados para lavar la piel del rostro sin dañarla.

Al contrario de lo que mucha gente cree, los artículos de aseo como los jabones de manos o geles de ducha no son adecuados para limpiar la piel de la cara, ya que pueden resultar demasiado agresivos.

Estos “limpiadores fuertes” causarán daños a largo plazo, como sequedad, enrojecimiento o descamación. Incluso pueden llegar a eliminar la barrera natural de la piel, reduciendo así su capacidad de retener la humedad y protegerse de los factores ambientales.

Aquí está la diferencia fundamental con los limpiadores suaves, que borran la suciedad y el exceso de grasa sin afectar a los aceites naturales de la piel. De este modo, ayudan a mantener un rostro hidratado y protegido, sin peligro de sequedad o irritación.

Usarlos es muy sencillo: aplica el producto en tu rostro y masajea suavemente en movimientos circulares, prestando especial atención a las áreas con más grasa, como la nariz, la frente y la barbilla. Después, aclara con agua tibia.

Para acabar, es importante escoger un limpiador adecuado para tu tipo de piel: ¿Tienes piel seca? Integra productos que contengan ingredientes hidratantes como la glicerina o el ácido hialurónico. ¿Tu piel es más grasa? Echa mano de limpiadores con ácido salicílico o té verde para controlar la producción de sebo y la aparición de granos.

Di adiós a los puntos negros con los productos exfoliantes

Los productos exfoliantes son otro imprescindible en cualquier rutina de limpieza de cara, ya que te permiten eliminar las células muertas de la piel y mejorar tu tratamiento facial.

Como ya hemos adelantado, la exfoliación es el proceso de eliminar las células muertas de la piel, pero este no es el único beneficio que tiene, ¡para nada! Los productos con propiedades exfoliantes también contribuyen a suavizar y renovar la piel, dándole un aspecto fresco y radiante; además de prevenir la aparición de acné y actuar con gran eficacia en la limpieza de puntos negros en la cara.

A pesar de los beneficios de la exfoliación, se recomienda elegir los productos adecuados para tu tipo de piel (ya que algunos pueden resultar duros o abrasivos) y usarlos solo un par de veces por semana para no castigar el cutis en exceso.

Utiliza un tónico

Usar un tónico puede marcar la diferencia entre una rutina de limpieza de cara correcta y una excelente. ¿Por qué? ¡Vamos a verlo!

Los tónicos son productos en líquido que se aplican después de limpiar la piel y antes de aplicar otros tratamientos de cuidado facial, para así potenciar sus propiedades a la vez que equilibran el pH, reducen la inflamación y limpian los poros.

En otras palabras, son productos que preparan la piel del rostro para absorber mejor otros tratamientos (sueros, cremas hidratantes, etc.), ya que eliminan las impurezas y residuos que puedan haber quedado después de la limpieza.

Aplicar los tónicos es muy fácil, y basta con seguir las instrucciones de cada producto. Eso sí, procura escoger el tónico adecuado para tu tipo de piel.

Hidrata tu piel

Si hay un producto que no puede faltar en cualquier rutina de cuidado facial, es una buena crema hidratante. ¡Y por muchas razones!

Mientras que una piel deshidratada puede sentirse áspera, tensa, escamosa, y ser más sensible a la aparición de arrugas y líneas de expresión; una piel hidratada estará protegida de factores ambientales dañinos y evitará las pérdidas de humedad.

Elige una crema adecuada para tu tipo de piel, pero asegúrate de que cuente, al menos, con elementos que ayuden a retener la humedad. Por ejemplo, el ácido hialurónico, la glicerina, o la urea.

Usa tu crema a diario tras limpiar y tonificar la piel, y tampoco olvides hidratarte desde dentro bebiendo la suficiente agua y siguiendo una dieta equilibrada y saludable.

Añade esta rutina de limpieza de cara

Ahora que ya sabes cómo hacer una correcta limpieza de cara, es el momento de seguir tu propia rutina de tratamientos con los mejores productos en función de tu tipo de piel.

Recuerda que en Ambrosía SPA estamos especializados en masajes y tratamientos de belleza, por lo que no dudes en visitarnos cada cierto tiempo si buscas potenciar tus ciudadanos y obtener resultados más específicos, duraderos y profesionales.

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