Reducir el estrés en la medida de lo posible es un aspecto muy importante para tener una vida más saludable, mejorar tus relaciones sociales y ser más feliz.
Y es que, si bien es cierto que hay personas con una gran tolerancia al estrés y los efectos de la ansiedad, cualquiera puede sufrir las consecuencias negativas que traen consigo si no se encuentran soluciones o herramientas para combatirlas a tiempo.
Por suerte, además de la terapia psicológica profesional (que siempre conviene considerar), existen algunos sencillos tips para reducir el estrés mental que puedes empezar a poner en práctica desde hoy mismo. ¡Pruébalos y verás como empiezas a sentirte mucho mejor!
¿Por qué es importante reducir el estrés?
Antes de presentarte los consejos para minimizar el estrés, es importante conocer la forma en la que este, así como la ansiedad y la depresión, afectan a nuestra salud.
En primer lugar, tenemos el deterioro físico y mental. Está demostrado que unos niveles elevados de estrés pueden favorecer el riesgo de enfermedad cardíaca, así como un incremento de la presión arterial, deterioros en el sistema inmunológico, trastornos digestivos y de sueño, apatía, desmotivación general, agotamiento mental, etc.
Del mismo modo, el estrés también puede afectar a tu desempeño profesional o tus relaciones sociales, favoreciendo los cambios de humor repentinos o haciendo que resulte imposible trabajar y completar determinadas tareas.
Con todo lo anterior, ya puedes hacerte una idea de por qué es tan importante reducir el estrés lo máximo posible. Sin embargo, cabe indicar que las señales o “advertencias” no siempre resultan tan obvias y conviene pararse a reflexionar de vez en cuando acerca de si estás siendo sometido a altos volúmenes de estrés en casa o en el trabajo.
Cómo reducir el estrés y la ansiedad con 4 sencillas prácticas
Ahora sí, presta atención y no te pierdas estos 4 grandes consejos si quieres mejorar tu bienestar físico y mental.
1. Haz ejercicio físico de forma habitual
Practicar deporte o hacer ejercicio regularmente no solo es un hábito muy positivo para mantener una buena forma física, sino también para liberar grandes cantidades de estrés y mejorar el estado de ánimo.
Al caminar, correr, hacer yoga o realizar cualquier otro deporte se generan endorfinas, unos neurotransmisores que producen una sensación de euforia y placer, y que juegan un papel fundamental a la hora de calmar el estrés y la ansiedad.
Además, superar las metas y objetivos que te propongas e ir mejorando tu forma física contribuye a mejorar tu autoestima y aumentar la confianza en ti mismo. ¡Todo son ventajas!
2. Practica técnicas de relajación
Otro punto clave para controlar y reducir el estrés es realizar actividades relajantes que te ayuden a calmar los nervios.
A día de hoy existen muchas técnicas de relajación con eficacia más que probada. A continuación te ofrecemos algunas de ellas, para que puedas elegir aquellas que mejor se adapten a tus necesidades:
- Meditación: la meditación consiste en enfocar la atención de manera consciente en un objeto, pensamiento o actividad en particular. Existen varios tipos diferentes, como la meditación mindfulness (atención plena), la meditación basada en la respiración y la meditación guiada.
- Respiración profunda: ideal cuando surgen picos de estrés y necesitas un alivio rápido. Se realiza inhalando lenta y profundamente por la nariz, para luego llevar el aire hacia el abdomen y expulsarlo suavemente por la boca.
- Visualización guiada: la visualización implica imaginar un lugar o situación tranquila y agradable y sumergirse en ella. Al visualizarla y concentrarse en los detalles, se fomenta la relajación y se reduce el estrés.
- Yoga: el yoga combina técnicas de respiración, estiramientos y meditación. Su práctica habitual puede mejorar el bienestar general, así como reducir el estrés, aumentar la flexibilidad, fortalecer el cuerpo y mejorar la concentración.
- Masajes: darse un masaje en un entorno tranquilo funciona muy bien para descargar la tensión corporal y mental. Hay muchos tipos diferentes, pero algunos de los más adecuados para este fin son el masaje relajante y el masaje balinés.
3. Mantén una alimentación saludable
Aunque no lo creas, mantener una alimentación saludable y equilibrada es un aspecto clave para mejorar tu salud física y sentirte mejor contigo mismo. ¡Cuida tu cuerpo y cuidarás tu mente!
En este sentido, no necesitas hacer grandes sacrificios, y basta con llevar una dieta basada en alimentos de diferentes grupos: frutas y verduras (lo recomendado es tomar 5 piezas al día), cereales integrales, proteínas magras y lácteos bajos en grasa.
Del mismo modo, limita el consumo de alimentos procesados o ultraprocesados, como mantequilla, fritos, y alimentos que contengan grasas trans. Tampoco olvides controlar el tamaño de las porciones y la cantidad de alimentos que ingieres.
Beber suficiente agua también es un aspecto clave para garantizar una buena hidratación y el correcto funcionamiento del organismo. La cantidad específica variará según el clima y el peso de la persona, aunque por lo general, se recomienda tomar unos 2 litros de agua cada día.
4. Duerme lo suficiente
Un buen descanso es un arma muy potente para combatir y reducir el estrés y la ansiedad, además de mantener una buena salud física y mental.
Está demostrado científicamente que una rutina de sueño insuficiente tiene efectos negativos sobre el estado de ánimo, la concentración y el sistema inmunológico… Favoreciendo el riesgo de contraer enfermedades y/o agravando sus síntomas.
Es por ello que los expertos recomiendan dormir entre 7 y 9 horas. Una cantidad de tiempo suficiente para reparar el organismo y mejorar el rendimiento cognitivo: concentración, memoria, toma de decisiones, etc.
¿Tienes problemas para conciliar el sueño? ¡No te preocupes! Aquí te dejamos algunos consejos para dormir mejor:
- Mantén una rutina de sueño regular, acostándote y levantándote a la misma hora todos los días.
- Crea un ambiente propicio para el sueño en tu dormitorio, con una temperatura agradable, oscuridad y silencio.
- Evita el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarte, ya que la luz azul puede interferir con la calidad del sueño.
- Practica técnicas de relajación o meditación antes de acostarte. Tomar un baño caliente también ayuda.
- Limita el consumo de cafeína y alimentos pesados antes de dormir.
- Mantén un estilo de vida activo y haz ejercicio a lo largo del día.
Y con esto, hemos llegado al final del artículo. Esperamos que te haya parecido ameno y que estos consejos te ayuden a reducir el estrés de tu día a día siempre que lo necesites.
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